Llevo varios meses diciendo que he hecho de la soltería una profesión, pero creo que ha llegado el momento de hablar de los sentimientos que mas hondo pesan en mi corazón.
Es un poco contradictorio lo que voy a decir, ya que estoy muy feliz sin pareja y debo reconocer que desde mi cumpleaños hasta ahora estoy pasando unos meses increíblemente divertidos en los que estoy disfrutando como un enano, tanto en el Zulo y coqueteando con amigas como yéndome con Alex y los Anikis de discotecas y diferentes fiestas (legendario Expomanga). Pero falta algo. Lo noto.
Cuando hace cosa de un mes, dije que prefería mi amistad con Bea y Raúl antes que una posible relación con ella, no podía imaginar que iba a sentir ésto. No digo que fuese por su culpa, desde luego que no, pero a sido la quinta vez desde el mes de Noviembre que me quedo a las puertas de algo grande. Creo que tener el éxito tan cerca y no haberlo obtenido me ha sentado peor de lo que esperaba. No ha sido culpa de nadie, ya que no me arrepiento de nada de lo que hice en ninguno de los casos y de las cinco chicas con las que he tenido la oportunidad de que pasase algo solo le pongo pegas a una, sino porque me ha llevado a un estado que no esperaba: El anhelo de una mujer que me quiera y de la que enamorarme.
En Septiembre de 2012, cuando Marta me dijo el 5º "no" del año y a las puertas de uno de los años mas complicados a nivel estudiantil, me dije a mi mismo que tenía que parar de buscar a La Mujer, que me estaba obsesionando después de haber cortado con Merce un año antes (ruptura que llevé bastante mejor de lo que esperaba) y que me tenía que centrar en lo importante, aprobar 2º de Bachiller. Eso hice y es una de las decisiones de las que mas orgulloso estoy. Aprobé e hice lo que me había prometido, volver al terreno de caza. Cinco han sido las chicas que se han cruzado en mi camino desde entonces:
Con Ana, en ángel de caramelo y café que vive en Rivas, la cosa no salió bien ya que tras un mes de quedadas, ella decidió que no quería salir conmigo porque, aunque disfrutábamos mucho de la compañía mutua, yo iba demasiado deprisa para ella. Ya dije hace meses que no se ir mas despacio pero creo (quizás me equivoque y si es así, lo siento) que también influyó que ella nunca había tenido una relación de ese estilo y no supo como afrontarla. Conclusión: Tan cerca y tan lejos...
Luego vino Patry, mi primera "chica de discoteca". No puedo decir una mala palabra de la noche que pasé con ella pero la verdad es que la cosa era muy difícil y no tenía yo muchas ganas de relaciones, ademas ella tiene la cabeza muchísimo mejor puesta que yo. Le doy las gracias por su teléfono pero no creo que fuese a salir nada de ahí. Conclusión: Fantástica noche en la MoonDance para el recuerdo.
De Sara, la chica con la que me pasé mas de media noche en la INN, tengo mas pegas porque creo que bailar con alguien en una discoteca durante mas de dos horas sin aclarar que no quieres nada no me parece lo mas adecuado. Un poquito de consideración con la gente por favor, que hay que echarle un par de huevos para pedirle bailar a una chica. Conclusión: Empieza por el principio coño...
En la Sala Penélope conocí a Gema, una chica que a pesar de tener novio me animó a seguir creyendo que se puede encontrar a gente afín a uno mismo en cualquier parte. Conclusión: Gente buena en todas partes.
La quinta es obviamente Bea, de la que si bien he acabado un poco pillado, la promesa que les hice a ella y a Raúl y el hecho de no verla cada semana, han templado un poco los sentimientos. Conclusión: Aniki para siempre y una tardenoche sencillamente perfecta.
Y aquí estoy ahora, con una nueva y dificilísima aventura llamada María por delante. Complicado se presenta conseguir ganarle el reto que me ha propuesto, gustarle sin intentar gustarle, y mas aún teniendo en cuenta que vive a 450/500 kilómetros de distancia, a tiro de piedra de Santander.
Pero como verdaderamente estoy ahora es dormido y borracho en el Cadillac, como dirían el gran Loquillo y los Trogloditas. Con "el mono", con ganas de un buen chute de amor y cariño, con anhelo de mujer.
Una vez la muy hija de puta de Elsa me dijo que yo era un "chico de relaciones", un chico del que te enamoras y con el que buscas algo serio. Cuando me lo dijo supe que tenía razón, pero eso no quita que la espera hasta que aparezca la mujer ideal sea larga y tediosa.
Dice Kvothe en El Nombre del Viento que Denna y él siempre se han movido el uno hacia el otro en círculos lentos. En su momento no supe muy bien a lo que se refería, pero ahora si. Se refería justo a lo que me está pasando ahora con mi mujer ideal. Que la busco, sin prisa pero sin pausa, pero no tengo cojones a encontrarla. Y a este paso me muero.
Me muero de ganas de un abrazo y un beso, de un paseo romántico por la noche, de una cena tranquila mirándola a los ojos y gastando bromas, de un pasional momento en la oscuridad de un parque, de una tarde en un parque jugando o simplemente abrazados y disfrutando de su perfume y su voz. De un "hasta mañana". De dejar de anhelarla. De un "te quiero".
Buscar es buscar y, encontrar es encontrar. Deja de buscar, sobri. "La prisa es otro nombre del miedo" dice, sabiamente, Ángel Gabilondo. No tengas prisa, no tengas miedo; llegará.
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